Anteproyecto de aula-taller y salas de exposición del artista M.J. Sierra Barseló en Tarazona de Aragón.

LA ROCA como concepto fácilmente asociable al espacio, da lugar a un edificio de volumetría intencionadamente abstracta que incorpora la idea de estratos del terreno natural y se vincula a la arquitectura tradicional a través del uso de cubiertas inclinadas, predominio de macizo frente a huecos en fachada, el uso de colores y texturas de aspecto terroso y simplicidad de formas.

Buscando el dialogo entre los elementos del entorno, surge la idea de la grieta por donde discurre una rampa accesible que, además de ofrecer una transparencia entre la roca natural y el interior del edificio, nos permite acceder al Museo desde el nuevo parque, resultando así  un recorrido fluido que comunica con la escalinata que sube desde el Camino Cueva Bayona en la cota inferior, y en cuyo punto de encuentro se halla la terraza-jardín y el hall de la entrada principal del Museo.

En el interior del Museo, el hall de entrada diáfano es un espacio de comunicación e información desde el que se obtiene una perspectiva de las salas de exposición en las plantas 1 y 2, así como de las zonas de aula-taller y exposiciones temporales en planta baja.

Al recorrer las salas se alterna la contemplación de las obras de arte con una nueva perspectiva  sobre la ciudad desde los grandes paños de vidrio que enmarcan las vistas que han inspirado la creación de varias de las obras y por supuesto la vida del artista. A su vez los huecos en la fachada del parque permiten intuir el interior del Museo, e incluso vislumbrar la ciudad a través del edificio.

En definitiva, la idea es que en el recorrido por el ámbito del Museo tanto desde el exterior como en el interior, el visitante que contempla las obras inspiradas en paisajes y personajes de todas partes  del mundo, experimente una nueva percepción de Tarazona y su comarca.